Viene el polvo a toda prisa
Viene el polvo a toda prisa
se me trepa a la cabeza
mi melena queda tiesa
lo mismo que mi sonrisa.
Me persigue, me revisa
con su aroma de orozuz
y se cuela por la luz
solar, dorada y radiante
en picada, desafiante,
arriba, abajo y en cruz.
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